Un gran fabricante de productos electrónicos envía productos electrónicos de fabricantes contratados en Asia a centros de distribución y, luego, a clientes de todo el mundo por mar, ferrocarril y camión. Estos productos son sensibles a las caídas o a la manipulación brusca, y la empresa utiliza los rastreadores Tive para controlar los niveles de choque, inclinación y vibración durante el transporte, así como para garantizar la entrega puntual.
Los productos electrónicos son sensibles a la manipulación brusca y, a veces, llegan dañados o completamente rotos. Otros componentes son menos frágiles, pero cuando llegan tarde, los efectos del retraso pueden repercutir en toda la cadena de suministro automotriz y provocar costosos retrasos en la producción. Además, a menudo es imposible para el fabricante determinar en qué momento o en qué punto de la cadena de suministro se produjeron los daños y qué rutas o transportistas son los responsables de los mayores daños, lo que dificulta eliminar la causa raíz del problema.
El fabricante adjuntó los rastreadores Tive a los envíos que viajaban desde las instalaciones de fabricación chinas a los centros de distribución de América del Norte. Gracias a Tive, el fabricante pudo monitorear sus productos en tiempo real y recibir alertas inmediatas si un envío presentaba niveles de choque potencialmente dañinos o era probable que llegara tarde. Si se producía una sorpresa, podían determinar la hora y el lugar exactos del problema y trabajar con sus transportistas para resolverlo.
Además, un análisis exhaustivo de los datos de varias rutas ayudó a la empresa a identificar exactamente qué rutas tendían a provocar episodios de choque más dañinos. Esto les permitió mantener una conversación basada en datos con sus socios logísticos y transportistas, y eliminar los problemas específicos que originaban la causa.
Las alertas y el análisis de datos en tiempo real, en todos los envíos y rutas, ayudan al fabricante a evitar sorpresas desagradables y eliminar la causa principal de los problemas para optimizar la cadena de suministro en el futuro. Esto se traduce en menos retrasos en la producción, menos residuos y una mejor experiencia para el cliente final.
